LAS IGUANAS: RESISTE Y EXISTE

Las Iguanas es uno de los seis pueblos inundados por la Presa Picachos; pueblos que dieron una lucha ejemplar en defensa de su territorio durante el periodo 2009-2012. En esa lucha destacaron las mujeres, como lo describen Sibely Cañedo y Juan Mendoza en el artículo “Desplazamiento Forzado y y empoderamiento femenino: el caso de la presa Picachos en el sur de Sinaloa, México”. Una de esas mujeres fue Rosario Alapizco “Charis”, de la Comunidad de Las Iguanas, parte fundamental de la Dirigencia del Movimiento.

El pueblo fue forzado, en 2009, a reubicarse en el nuevo asentamiento construido por el Gobierno “En casas donde no cabía ni una cama”. Declaró un comunero. Un dato curioso es que el agua cubrió todo, menos la colina donde estaba el camposanto, que se empina como una “Isla-Necropolis” con mausoleos y tumbas abiertas (la mayoría sacó a sus difuntos y los llevó a un nuevo panteón). Algunos turistas de humor necrófilo suelen visitar esa Isla.

Han pasado 16 años, en los cuales se fueron acoplando y reconstruyendo sus vidas; se ocupaban de la pesca de Tilapia y Lobina, paseaban turistas y practicantes de la pesca deportiva, cultivaban productos del campo para autoconsumo; pero en abril del 2025, la violencia serrana los obligó a un segundo éxodo, 150 familias dejaron el poblado (me informan, que a la fecha, todavía radican seis familias en Las Iguanas). El pueblo se quedó solo, la mayoría se vinieron a Mazatlán y se desparramaron por las diferentes colonias de la periferia.

Ahí en Las Iguanas funcionaba uno de los 34 planteles de COBAES en la Modalidad EMSAD (Enseñanza Media Superior A Distancia), con siete docente y el Director; el segundo éxodo los convirtió en “reconstructores” de la Comunidad de Las Iguanas, aquí en el puerto: recuperaron 38 alumnos, se acomodaron en las instalaciones de la Casa de la Cultura, por el rumbo de la Plazuela del Burro, imparten sus clases y promueven la comunicación y el contacto con todas las familias de los comuneros.

—-Si vieras el gusto que les da encontrarse, platicar; se abrazan y ríen. Me dice la Profesora de Lenguas, Lupita Gómez.

Este domingo 9 de noviembre, por la tarde, en la Plazuela Ángel Flores (del Burro), organizaron un Festival Artístico-Cultural, asistieron mujeres con vendimias de tamales, esquite, fresas; también se pusieron mesas para donación de medicinas y ropa. Estuvo muy concurrido y alegre, busqué a Don Rafael, El Comisario vigente de Las Iguanas, pero no logré verlo.

—”El objetivo—dice Mayra, Maestra de Tecnología de Información y Comunicación (TIC)- es mantener La Comunidad de Las Iguanas. Esta gente ha sufrido mucho y ahora con un nuevo desplazamiento”.

Platiqué con varias comuneras, Doña Zulma llegó con un cargamento de tamales de elote y carne: “Allá en Las Iguanas hay 7 casas habitadas, se quedaron 14 personas, Claro que extrañamos el pueblo, pero hay que salir adelante; me vine sin nada, bueno con mi perro. Vamos a volver”; Angelita, vendió todas las fresas con crema, también añora su vida en el campo.

Guadalupe, una guapa estudiante, estaba encargada de la venta de los esquites: “Soy del grupo de adultos que estudiamos en el EMSAD, voy en Primero, todos trabajamos y el horario de clases se ajusta a nuestro tiempos. Voy bien”. Daniel Ramírez, el pintor proletario, les enseña la magia de los colores; La Profa Heidy González andaba muy ocupada como responsable operativa del Festival, al Director Juan Quintero, lo divisé de lejos, imagino que la cohesión del equipo es parte de su liderazgo.

Entre los artistas invitados estaba mi amiga y compañera Noemi Rubio, que cada vez domina mejor la guitarra y tiene muy buena voz; también andaba Goyo Corrales, defensor del Jaguar en la Reserva Ecológica de Cosalá.

Bien por los profes del EMSAD de Las Iguanas, que más allá de sus responsabilidades académicas, buscan reconstruir el espíritu de Comunidad y lograr un ambiente más propicio para el aprendizaje de sus estudiantes. Las Iguanas, resiste y existe. Vale.

Un atardecer en el Pueblo de Las Iguanas. Eso extrañan los comuneros.

Un desfile del EMSAD Las Iguanas, en 2023. Todavía no hacía crisis la violencia.

La Maestra Mayra con Angelita de Las Iguanas. Es hermoso hacer comunidad en beneficio de la educación.

La Maestra Lupita, orgullosa de trabajar en el EMSAD.

Noemi Rubio y Mayra. Cantaron en dúo.

Guadalupe. Estudiante del primer año. Fue la gerente de ventas del esquite.

Heidy y el Director Juan. Muy activos en la organización del Festival.

El Camposanto fue lo único que no quedó bajo el agua y sobresale como una “Isla-Necrópolis”. Los santos difuntos fueron despertados de su sueño eterno y llevados a un nuevo sepulcro; las tumbas quedaron abiertas, también las hay con difuntos que no tuvieron quien los moviera. El sitio es visitado por necroturistas.

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