LA HECHICERA DE LA REVOLUCIÓN: LA SANTA DE CABORA
La función era a las 10:30, en el Teatro Universitario, se presentaba Lucía Zapien con su obra “Teresa Urrea: del olvido y la memoria”, llegué tarde y entré por el pasillo de la salida de emergencia, un túnel de oscuridad absoluta, se siente su densidad, casi entro en pánico, cuando veo al fondo una chispa de luz temblorosa y salvadora (¿la oscuridad viajará a la misma velocidad de la luz? Quién sabe).
La Señora de la cachimba luminosa me señala una butaca y me dice algo del aire acondicionado (lo tenían a 16 grados). En ese momento, Teresita Urrea cuenta el abandono de su madre, India tehueca, y de la carta que le envía a su padre Don Tomás Urrea, dueño de la Hacienda de Cabora.
Y se arranca la historia; ya es la señorita Urrea, hija del hacendado, aprende del poder de las hierbas con una curandera mayo-yoreme, se accidenta y queda privada, inconsciente, catatónica, varios días; la dan por muerta; Don Tomás, afligido, compra la caja; pero resucita y empieza la leyenda, el mito; la Niña Teresa, regresó del más allá con poderes, cura con sus manos, su saliva, sus palabras y las hierbas.
Lucía Zapien, penetrada en el personaje, conectada emocionalmente con Teresa Urrea, tal como lo pide Konstantin Stanilavsky “vivir el personaje”, nos dio una muestra de la transmutación, de la alquimia del teatro, sentimos a la Santa Cabora aleteando en el recinto.
Uno percibe el patio de la hacienda de Cabora, lleno de pobres y de indios que buscan la sanación del cuerpo y del alma; Teresa conoce de la miseria y las injusticias; cura, aconseja y bendice; así lo hace con los de Tomochic y en su nombre se levanta la primera insurrección de un pueblo contra la dictadura del porfiriato.
La fama de la Santa de Cabora corre como la pólvora por la comarca, otros movimientos insurrectos se los cargan a ella porque los levantados gritan ¡Viva la Santa de Cabora!.
Teresa Urrea se convierte en un símbolo peligroso para el régimen y los militares la apresan junto con su padre Don Tomás. Y ahí cierra Lucía-Teresa su actuación, repasando, mientras los conducen prisioneros, los momentos claves de su vida.
Claro que hay más historia, pero hasta la dejamos.
Teresa Urrea, la hechicera de la revolución. Vaya a verla al Teatro.
(PD. Me hubiera gustado una escena de cuando Cruz Chávez de Tomochic llega a pedirle su bendición porque se van a levantar contra el mal gobierno. Es un momento clave de la vida de Teresa Urrea.