EL ASESINO DEL CCH-SUR

Este septiembre del 2025, llovieron 29 días del mes en la CdMex; el día 22 amaneció nublado, a media mañana empezó una llovizna tupida y fina. Jesús “El Chuy”, preparó dos tortas de jamón, quesillo y aguacate. Quedó con Lupe, su novia, de comer ahí en las jardineras del CCH, a la salida de su última clase, la de idiomas.

Ambos escogieron francés, ya iban por el tercer libro. Tenían planes, terminando la Prepa, se irían a París, una Tía de Lupe se acomodó a trabajar allá y tenía buen puesto en una cadena de cafeterías.

—“Estudien francés, pero háblenlo, terminen la prepa y se vienen para acá”. Así les puso en un mensaje de Whatsap.

Después de comer irían a la Embajada francesa, a las 15:00 hrs había un recital de Rimbaud, les gustaba “El Barco Ebrio” (Le Bateau Ivre) que venía de ejemplo en su libro de idiomas.

En otro punto de la ciudad, Lex Ashton, egresado del CCH-Sur, con materias pendientes (debía todas las Químicas), se tomaba “selfies” con su colección de cuchillos, navajas y una guadaña pequeña de mango corto, en éste escribió: “Soy muerte, soy escoria. Recogeré la basura”.

A los 15 años intentó suicidarse; después padeció de Lititis (piedras en el riñón), él la llamaba “la era de mear sangre”; ahora tenía 19 años y desde hacía dos, sufría profundos episodios depresivos: sin trabajo, ni amigos ni mucho menos novia.

En las redes sociales se conectó con grupos que “padecían”, según ellos, el desprecio de las mujeres, así supo pertenecer a la tribu de “Los Incels” (Célibes involuntarios), del mundo de la “Manósfera”, que los enemigos son los “Chads” (Guapos), las “Stacy”(las muchachas deseables, también les dicen “ foids” o zorras) y las feministas.

Se hizo seguidor del grupo “Farmacia Curincel”, ahí se “curaban” de sus traumas, adoraban a sus héroes, uno de ellos, Eliot Rodger, el primer mártir Incels, que el 23 de mayo del 2014, en los pasillos de la Universidad de Santa Barbara, mató a seis e hirió a 13, para después suicidarse. Dejó un manifiesto titulado:”Mi mundo Retorcido”.

Lex Ashton, en la noche antes del crimen, escribió en el portal del grupo: “Estoy harto de este mundo, en mi puerca vida no he sabido de un beso de amor de mujer y duele, encabrona que los “chads” disfruten de las “foids”. No tengo motivos para seguir con vida, pero no me iré solo, me vengaré y lo van a ver en las noticias”.

En ese mismo portal le aconsejaron que los ataques mortales con arma blanca son en la garganta y el abdomen. La víctima se desangra.

El lunes 22 de septiembre, temprano, revisó el filo de sus armas letales; las envolvió en franela gruesa, guardó en la mochila y calzó guantes negros.

—“Voy al CCH, solicitaré exámenes especiales para las materias pendientes”. Dijo y salió a vengarse del mundo.

A su madre no le gustó lo de las manos enguantadas y la mochila abultada. Revisó el cuarto, faltaba el arsenal. Aviso al 911 que su hijo iba armado al CCH-Sur, dio santo y seña y no la pelaron.

Lex cruzó el acceso del plantel, pasó por el Jardín del Arte, rodeó por el estacionamiento de los profes, subió a las canchas, se detuvo un rato en la escalinata de la Biblioteca (Quizá ahí leyó “El Guardián del Centeno” de Salinger), bajo hasta el edificio de la Coordinación de Idiomas; ahí en una jardinera, Jesús “El Chuy” y Lupita, se disponían a comer las tortas. Era la una de la tarde en punto.

Jesús sintió el filo frío de la guadaña en la garganta y lo último que vio fue el borbotón de sangre, mientras el asesino le acuchillaba la panza. Lupita gritó, se le enfrentó; un intendente acudió, también es herido; lo persiguen estudiantes. Sube al tercer piso de Idiomas y de allí vuela al suelo. Se quebró las piernas y el cráneo. Sobrevivió. Espera sentencia.”

Jesús “El Chuy”, murió desangrado. Tenía 16 años y muchos sueños. Fue asesinado en lo que se supone es un lugar seguro: su propia escuela.

Lex Ashton, el Asesino del CCH-Sur, formaba parte de una célula virtual, de un submundo de tenebras; de una subcultura que tiene sus propios códigos; células que brotan en las alcobas de los adolescentes y se reproducen por mitosis en cada dispositivo que tenga Internet. El Grupo “Farmacia Curaincel”, tenía 80 mil miembros. Facebook lo canceló el 29 de septiembre, una semana después del crimen.

¿Hay culpables?: (1). Internet y las redes sociales; (2) nuestra indiferencia amorosa, no saber escuchar, no dar los abrazos y besos necesarios y terapéuticos; (3) estar saturados por los discursos de odio contra los pobres, migrantes, negros, palestinos, musulmanes, feministas y homosexuales; (4) el individualismo y egoísmo promovido por la reacción conservadora. ¿Será…Será?

Lex Ashton. ¿Es un chico malvado?. ¿Qué circunstancias le retorcieron la mente?. Hoy es un asesino de 19 años, que mató aún chavo de 16.

Las escalinatas que llevan a la Gran Biblioteca del CCH-Sur. Por ahí merodeo Lex.

El Rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas. Bajo la mirada severa de Don Justo Sierra, fundador de la UNAM. Don Leonardo es un Rector de bajo perfil, casi invisible en CU.

Los estudiantes del CCH-Sur , protestaron por el asesinato, pero resulta que los CCH no tienen agua. Ni papel ni jabón en los baños. Además de la inseguridad, exigen salubridad.

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