E L A V I Ó N (Cuento del Domingo)

Lo he contado tantas veces que ya no sé lo que reinventa la memoria, pero me acuerdo bien que fue el año 63 cuando mataron al Presidente Kennedy; fue por esos días, que Don Canacho, el filósofo del pueblo, bien que fregaba con lo de la guerra.

—“Si Señores. Puede haber guerra si sale cierto que el tal Oswaldo es agente ruso. Nos van a caer bombas. Si señores”.

Sentado en una banca del portal de la tienda de La Nacha y El Vía, así decía mientras mascaba tabaco y escupía una cosa amarilla como cuachafina de gallina.

Llegó el domingo, el día corría normal, soleado, sin nubes; la gente pagaba en la tienda el “fiado” de la semana y abría otra cuenta; en el estadio había Beisbol, el equipo local de la Despensa contra los de El Molino, el pueblo vecino. Mi hermano Alonso, zurdo, era el pitcher abridor; en el patio de mi casa estaba instalado el cine de Húngaros, anunciaba “El jinete sin cabeza”, con Luis Aguilar y Flor Silvestre.

Había mucha gente en la calle, la única del pueblo; de repente, como a eso de las 10 de la mañana, una avioneta empezó a dar vueltas en el cielo y con un chorro de humo blanco, dibujó un palito, dio una vuelta, le puso una pancita, formando la “P”. Para ese momento, todo mundo estaba mirando al cielo, el partido de “beis” se paró; Emilio “El Húngaro” dejó de anunciar.

La avioneta dio una vuelta larga hasta un cerro pelón y con rápidas acrobacias escribió la “E”. El “Húngaro” gritó por la bocina ¡Peligro, peligro, bombas! Y se armó el corredero; gritos, llantos; invadieron la tienda de la Nacha y alguien se robó el libretón de los fiados; se refugiaron en el billar; mientras en tierra se hacía el caos, en el lienzo del cielo, el piloto completaba la palabra “PEPSI”.

El primero en fijarse fue el “Húngaro”, y empezó a dar voces por la bocina: ¡ Es un anuncio; es un anuncio de la Pepsi !.

En efecto, el piloto completó el mensaje “PEPSI COLA” y voló rumbo a Higuera de Zaragoza. De eso me acuerdo muy bien, porque Doña Cata, la mujer del peluquero, del susto se le vino el parto y tuvo cuatitos, niña y niño; los dos blancos como la leche y ojos azul cielo, la gente levantó el rumor:”son fenómenos”, pero el médico que vino de la Higuera, explicó que eran albinos, güeros de la piel; a la niña le pusimos “La Güerere” y al plebe le quedó “El Chuncha”, ya de grandes decían tener poder de sanación, eso no me consta.

Ese fue el día en que la Despensa sufrió el peligro de ser bombardeada.

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NOTA TÉCNICA. La Pepsi Cola, fue empresa pionera en escribir anuncios en el cielo, los pilotos usaban Aceite de parafina que se calentaba en el motor y salía por el escape formando columnas de humo muy estables.

NOTA NOBEL. A Henry Kissinger, que ataba y desataba guerras en todo el mundo, le dieron el Nobel de La Paz en 1973; no debe extrañar que ahora se lo den a una señora que promueve el golpe de Estado en su país y pide la intervención armada de EU. La Derecha Reaccionaria Internacional se consolida.

En cuanto apareció la sílaba “PE”, se desató la histeria colectiva, la gente gritaba ¡Peligro…Peligro! Aquello fue un verdadero desmadre. Todo el pueblo se estremeció, sintieron el fin del mundo.

La Pepsi fue una de las primeras empresas en usar el cielo como papel de viento para escribir anuncios.

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