DOMINGO DE PANTEÓN
Son las once de la mañana del 2 de noviembre, día de los muertos. El sol está suda hormonas; la parte frontal del Panteón # 4 invadida de puestos, flores, tacos; el de los raspados no se da abasto. En verdad el panteón número 4 es el más concurrido.
—“A la izquierda están las tumbas antiguas”. Dice Don Enrique Guzmán, administrador del Camposanto.
—¡Enrique Guzmán, como el artista!.
—“Si, pero sin dinero”.
—¿Qué le parecieron las artistas del mural?.
—Excelentes. Muy disciplinadas, amables. Hicieron amistad con “Cripto”, la Mascota del Panteón…
—Si, lo incluyeron en el mural.
Don Enrique contó que Cripto se puso muy malo “casi se nos muere”. Pero todos cooperaron para el veterinario. Les costó 4 mil pesos curarlo. Eso dice mucho de estos empleados municipales.
La gente seguía fluyendo, una parvada de chamacos ofrecía ayuda: “¿ Le llevo agua”?. Agua que tomaban de una fuente de la que brotaba una columna con una emblemática cruz cristiana.
En lo que llegaba la hora de inaugurar el Mural, fui a dar una vuelta por la muerte; ya vine. Diría el poeta Efraín Huerta. Cada tumba tiene su microhistoria. En una, la de Ismael Rodríguez, nacido en octubre de 1999 y muerto en febrero del 2017, un señor tristón cuenta: “Es mi hijo, no cumplía los 18. Lo mataron en la madrugada unos cholos de la Casa Redonda”.
Todo listo para inaugurar, los cinco artistas muralistas pasan al frente: Jessica, Dulce, Karen, Fanny y Jaej Esquiano (el único varón).
Hablan Andrea Osterhout, Arquitecta, Pintora, vocera del Colectivo Sirenas Negras, que gestionó el espacio y los asesoró en el diseño; la Maestra de Historia del Arte, Frida Izaguirre y Don Enrique Guzmán, administrador del reino funerario. Se rompió el listón y el mural quedó inaugurado.
Una de las muchachas explica que el mural está basado en la mitología mexica del viaje al Mictlán, el inframundo de los aztecas…
En ese momento y como salido de ultratumba, aparece el perro “Cripto”, que muy campante y orondo se coloca al frente. Precisamente, en la travesía al Mictlán, es un perro amarillo el guía del difunto…
El Mural “Viaje al Mictlán”, brota de un muro, entrando a la derecha del Panteón Jardín #4 en Mazatlán. Es un estallido de energía, color y alegría, que te recibe y saluda antes de entrar al inframundo.
Cerca de ahí, yace una placa conmemorativa, avisa que el Excelentísimo Dr. Don Miguel Garcia Franco, Obispo de Mazatlán, estuvo aquí y se dignó bendecir, en el lejano año de 1964, este santo cementerio.
El Mural, junto con la presencia del Señor Obispo, ya forma parte también de la historia del Panteón, gracias a cinco talentosos artistas de la Universidad de Durango: Fanny, Karla, Jessica, Dulce y Jaej Esquiano. Queda constancia.
Las y los artistas con sus reconocimientos. Trabajaron a marchas forzadas para terminar justo a tiempo y honrar a los que yacen en las tumbas y viven en nuestras memorias.
Familiares y amigos de los muralistas. Orgullosos de sus artistas. Es su primera obra expuesta al público y forma parte de la historia del panteón.
Habla Andrea Hostehaut, flanqueada por Don Enrique y La maestra Frida.
“Cripto”, el perro amarillo, guía del Mictlán. Regresó de recorrer las tumbas y se hizo presente en la inauguración. Durante el desarrollo del proyecto cumplió la función de guardián y protector.
“Cripto posando al romper el listón.
La placa Conmemorativa del Sr. Obispo Miguel García Franco. En 1964 estuvo aquí y bendijo el Camposanto. Es historia.
Cada tumba tiene su biografía. Este es el mausoleo de Ismael Rodríguez, fue asesinado por unos cholos de la Casa Redonda en la madrugada del 26 de febrero de 2017: “Es mi hijo, todavía no cumplía los 18 años”. Así dijo un hombre joven de mirada triste.
La fuente y la columna con la cruz cristiana del Panteón Jardín #4. Le da prestancia y personalidad al lugar.

