DESAPARECER EN EL VALENTINO

Aquí, en este punto del planeta, puedes desaparecer en: (a) una carretera; (b) al doblar una esquina; (c) un cajero; (d) un Restaurante; (e) una cita de trabajo; (f) el baño de un bar; (g) en un motel; (h) cuando San Juditas se descuida…

Desaparecer en México, es ya lo cotidiano, una patología estructural que el Gobierno se niega a reconocer, la reduce a carpetas de investigación, a Fiscalías con una burocracia insensible, sin recursos humanos y técnicos para una investigación efectiva y prefieren culpar, criminalizar, al desaparecido y sus familiares.

Alejandro Anaya del ITESO-Guadalajara, en texto del 2021, utiliza el Concepto de “Impunidad Activa” aplicada al conflicto de las desapariciones, consiste en acciones que buscan socavar, sabotear o cerrar investigaciones antes de tener resultados: “La Impunidad Activa no es accidental, involuntaria o resultado de una mera falta de capacidad institucional”.

De allí la angustia, el desespero y frustración de la familia del joven Carlos Emilio Galván Valenzuela, desaparecido a los 2:20 de la madrugada del domingo 5 de octubre, cuando fue al baño del bar Valentino, en la Zona Dorada de Mazatlán. Es el mismo viacrucis que han vivido miles de familias mexicanas en busca de sus hijas, hijos, hermanos y padres.

El dueño del bar es un brillante economista, Filósofo de los giros negros (acuñó un concepto de enorme fertilidad epistemológica: “Cantina en la playa”) y actual Secretario de Economía del Gobierno de Sinaloa. Es pues, influyente.

Hoy viernes 17 de octubre han pasado 12 días de la desaparición, que tiene un patrón similar al ocurrido el 5 de agosto en un bar de La Marina. La familia ha desplegado una intensa actividad de búsqueda, gestiones en la Fiscalía, movilizaciones callejeras en Mazatlán y Durango (de allá son), entrevistas en medios, locales y nacionales. Nada. Carlos Emilio se hizo humo, nube, lo engulló el hoyo negro de la impunidad criminal.

El 6 de octubre, pusieron la demanda en ambas Fiscalías (Sinaloa y Durango) y a la fecha, no han tenido acceso a los videos registrados por las cámaras de seguridad del bar, ni de las cámaras públicas del entorno; la empresa afirma que los entregó en tiempo y forma a las autoridades, pero no dice si lo hizo cinco o seis días después.

—En la Fiscalía nos dicen: “Estamos investigando, seguimos investigando”, pero no vemos resultados. Afirma la Mamá de Carlos Emilio.

Eso es lo que el investigador del ITESO, Alejandro Anaya nombra “Impunidad Activa”.

Leo y releo el estrujante ensayo del Sociólogo Uruguayo Gabriel Gatti “Desaparecidos: Cartografías del Abandono”. El mismo, hijo y hermano de desaparecidos, ha dedicado su vida académica a estudiar este fenómeno, recorre el mundo, hace “Etnografía Exprés” en los puntos calientes del fenómeno. Estuvo en México en 2017, vio, olió; tomó notas de campo, asistió a reuniones, conectó con colegas. México ocupa hoy el deshonroso primer lugar que ocupó Argentina en materia de desapariciones.

Gatti, en la página 156 de su ensayo, transcribe un mensaje que le envió la prestigiada periodista y documentalista mexicana Daniela Rea, a quien a su vez se lo hizo llegar un miembro de un grupo de “Buscadores” de Guanajuato:

“Hoy quedé horrorizado al escuchar la forma en que los desaparecen. Fuimos a una zona de porquerizas y nos dijo el guía:’Aquí se los dan de comer a los puercos, no dejan nada, se comen hasta los huesos. En San Luis Río Colorado, Sonora, los meten a las tabiqueras y no queda más que puro polvo”.

La maquinaria devoradora, chupadora de seres humanos, sigue funcionando bien aceitada por la “impunidad activa”; el rostro, inocente y fresco, de Carlos Emilio, representa los miles de rostros que vemos pegados en los muros de las ciudades; los que miramos suspendidos de los árboles de la Plazuela Zaragoza aquí en Mazatlán.

He acompañado a las madres en sus marchas; el dolor se siente en la piel como el calor del trópico; he registrado testimonios de amor infinito, una de ellas me dice: “Cuando salgo dejo la llave con la vecina, por si regresa mí muchacho; si hago arroz con pollo, su platillo favorito, le sirvo en su plato. Nunca dejaré de esperarlo”.

No permitamos que México se convierta en un chupadero, en un pozo donde ni siquiera la Ley de Gravedad sea válida. Desaparecer al alba y en el Bar Valentino.

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NOTA. Que prueba lo que demuestra: el día 13 de octubre desaparece Claudia Guadalupe López de la Colonia El Venadillo, al norte de Mazatlán y el día 14, sujetos armados secuestran, en la Colonia Salvador Allende del puerto, a María de los Ángeles Valenzuela, activista del Colectivo de Madres Buscadoras “Corazones Unidos por una misma causa”. Ellos están al mando

El Sociólogo Gabriel Gatti, levanta una nota de campo; una niña le dice: “Mi Papá vive en desaparecido”.

¿México será un país desaparecido?.

El rostro inocente y fresco de Carlos Emilio es el rostro de los miles de rostros tatuados en las paredes de las ciudades, en las paradas de los camiones, en los postes de la luz; también los que flotan suspendidos en listones de colores de los árboles de la plazuela Zaragoza.

Una manifestación en Durango. Familiares y amigos de Carlos Emilio, marcharon por las calles de la ciudad pidiendo su regreso a la vida. De todo corazón también pedimos que vuelva con su familia, sus amigos…

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