AMLO Y LA GALLINA BUCHIPELONA

Sentado en una poltrona, como Pedro Páramo viendo morir Comala. Pasto verde, muchos árboles; gallinas, gallos y un presuntuoso pavo real abría el abanico de su cola.

Una gallina, de esas que tienen el buchi pelón y que son buenas para el caldo, le robó cámara. Es el ex-Presidente Andrés Manuel López Obrador, repuesto, más gordito (¿llegará a ser un Quijote disfrazado de Sancho, como le decían a Pepe Mujica?), habla desde su retiro en Palenque, ahí en su finquita, donde madruga, camina 5 km por el “Sendero del Peje”, mientras Doña Morbi, su cocinera, prepara chilaquiles con hierba santa; come y escribe. “Hago Teoría”. Pontifica.

Fresco, camisa albeante, bolsas debajo de los ojos; mesita con tres libros gordos, motivo de su repentino video, que pronto tuvo miles de “peje-fans”.

El libro se titula “Grandeza”, son 600 páginas sobre la grandeza cultural de los pueblos indígenas, empezando por los Olmecas, esos del arte monumental de las enormes cabezas. Yo lo han hecho Miguel León Portilla, Alfonso Caso, Román Piña Chan, Bonfil Batalla, José Luis Martínez, etc., etc.

Es lo mismo de siempre, la grandeza es para los pueblos indígenas que viven en los museos del INAH; es reivindicar el dicho racista de Theodore Roosvelt: “El indio bueno es el indio muerto”.

Me imagino que el libro no trata sobre la grandeza de la lucha y resistencia de los pueblos originarios sobrevivientes; esos indios remisos y rejegos que defienden los territorios ancestrales, el agua de ríos y bahías; los bosques, el aire y el canto de los pájaros.

No trata de los tercos Yaquis que reclaman el agua de su río; ni de la dignidad Yoreme que van por 15 años peleando contra los megaproyectos de la industria química tóxica que matará su Bahía de Ohuira; ni de las decenas de líderes comunitarios indígenas asesinados y/o desaparecidos…Ahí no hay grandeza. Es obstinación y oposición al “progreso”, al éxito que mata.

Tampoco versa sobre los millones de indígenas y mestizos que sobreviven abandonados en los 32 mil ejidos y comunidades agrarias, rentan sus parcelas, carecen de apoyos para sembrarlas y nunca lo tendrán mientras no se suspenda el pago de la deuda pública.

Eso sí podemos reclamarle al “Cabecita de Algodón”. Llegó a la Presidencia de la República con un apoyo popular impresionante, pudo decretar la suspensión del pago de la deuda pública; otros presidentes, desde Guadalupe Victoria a Lázaro Cárdenas, lo hicieron para darse un respiro financiero; ahora urge, hay muchos préstamos abusivos, sucios que se hicieron en gobiernos corruptos, es necesario auditarlos; mientras tanto se suspende el pago del servicio de la deuda pública que ya anda en los 20 billones de pesos y que este 2026, México tiene que pagar Un Billón, 600 mil millones de pesos, a los buitres de la Banca Financiera internacional. Imagínese todo lo que se haría con ese dinero.

Pero AMLO no se animó, de haberlo hecho, el significado político hubieses sido equivalente a la expropiación petrolera de Don Lázaro. En fin, las estadísticas dicen que su gobierno levantó a 13 millones de la pobreza; con un millón que hubiera sacado de esa orilla lacerante y hoy vivan mejor, ya sería de reconocerlo. No pudo hacer más.

Es mejor que se la pase entre gallos y gallinas “buchi-pelón”, escribiendo libros gordos y no ande comprando residencias de lujo en España y paseando en yates por el mediterráneo.

Sea pues Don Andrés y la gallina buchi-pelona, que pronto la hará caldo o pipián, su cocinera, Doña Morbi. Punto.

Don Andrés López Obrador y la gallina buchipelona. Ella, la gallina, no saldrá en el próximo video, Doña Morbi, la ama de llaves y cocinera de la finca ya la habrá hecho caldo o mole.

El pavo presumido de la Finca de AMLO.

Un mural en el templo de los guerreros en Chichén Itzá (Boca de Pozo).Los artistas lo hicieron en el año 1150 d.c; aunque datos recientes lo datan de 1200 d.c., hay que ir a verlo antes que lo privatice el multimillonario Miguel Quintana Pali, dueño del Parque Temático “Xcare”, que junto con las cadenas hoteleras transnacionales (RIU, Majestic, Atellier, Excellence) serán los ganones con el Tren Maya, la obra emblemática de AMLO.

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