VEINTICUATRO DICIEMBRE

Son las siete de la mañana, neblina espesa, en la Glorieta de la Cebolla, una Señora ofrece el periódico, es el Debate, bajo la ventanilla y le regaló un puño de monedas, ella me regala la primera bendición; enfrente, el antro Terraza Valentino, la niebla lo perfila tenebroso, nunca se quitará la mancha criminal de la desaparición de un joven inocente y cuya madre, como Hécuba postmoderna, hace resonar su lamento y coraje por toda la República: vivimos en el país de las desapariciones.

La neblina es una nube a ras de suelo y me figuro ser el “Meghadutam”, que menciona Peter Frankopan en la introducción de “La Tierra Transformada”, se me pegó la palabra que en hindi significa “Mensajero de la nube”, pero también guardé el dato que registra Frankopan sobre los microplásticos: las lavadoras arrojan al mar billones de fibras de microplásticos que se desprenden de la ropa sintética, nada más en Inglaterra se calculan 9 billones de partículas cada semana. En México, ¿quién sabe?, pero de seguro este 24 de diciembre vamos a inhalar y tragar un puño de microplásticos.

Voy por la Buelna, viro a la izquierda, para la Pancho Villa, dejo el aguinaldo a la muchacha que me ayuda con los garrafones de agua (la única que gusta en casa, porque según la potabiliza un japonés), recibo la segunda y última bendición del día.

Intento recordar una noticia amable de las leídas en la madrugada; la Navidad exige, casi por decreto, pongas carita feliz. Y salta la nota de los apuros que están pasando los directivos del Museo de Louvre, tanto la Presidenta Lawrence des Cars como el Gerente, Francis Steinbuck: en octubre 4 astutos ladrones, encaramados en un montacargas y con un cortavidrios de tianguis horadaron las vitrinas de la colección napoleónica y se llevaron joyas valuadas en 100 millones de dólares; en noviembre, un fuga de agua inundó la Biblioteca de Antigüedades Egipcias y ese mismo mes, los trabajadores del Louvre se fueron a la huelga. Solo falta que “Un Chien fait pipi” o sea “que los mee un perro parisino”.

Recojo con mi hermana los alimentos de la cena navideña y regreso a la neblina costera; por la tarde me visitan el actor y vendedor de antigüedades Javier Chimaldi (¿estarán en su tienda las joyas del Louvre?) y el ambientalista Mario Astorga, brindamos con Martineli y nos deseamos buenaventura.

Póngase en modo feliz, aunque sea por decreto navideño. “Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas”.

Provecho.

La Directora Ejecutiva del Museo del Louvre Lawrence des Cars, ya no haya la puerta para tapar la crisis de seguridad del Museo más visitado del mundo; ahora avisa que pondrán rejas en los ventanales del edificio. Lo cierto es que cuatro ladrones parisinos cenarán con manteca este 24 de diciembre y los años que vienen: son nuevos millonarios.

El libro del historiador británico Peter Frankopan, puedes leer los dos primeros capítulos mientras te llega. Es un recuento de las atrocidades que hemos hecho con el planeta.

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