LOMBOKO

Palabra sonora, suena a tambor africano y en efecto, es un “Reino” africano, una fortaleza esclavista fundada por el Negrero Pedro Blanco en 1822 en lo que hoy es Sierra Leona. En los recovecos del Estuario del Río Gallinas (hoy Río Moa), protegido por densos bosques de manglares, construyó un verdadero parque industrial, fábrica de esclavos que vendía a los Estados Unidos, Brasil y Cuba. Pedro Blanco, de Málaga, avecinado en la Habana, también llamado “Mongo Blanco” o “Rey Lomboko”, el negrero más cruel, de la historia, ideó la empresa para que los barcos negreros, que duraban meses en llenar las bodegas de mercancía, nada más llegaran a Lomboko, cargaran y vuelta pa´trás.

Construyó enormes almacenes, talleres, oficinas administrativas, con un ejército de empleados; los almacenes tenían capacidad para albergar 5 mil esclavos, que los reyezuelos de las tribus africanas capturaban y en barcazas los bajaban por el Río Gallinas (Río Moa), vendían al “Rey de Lomboko” y de aquí se empacaban para llevar a las plantaciones de las naciones esclavistas. La empresa fue de enorme éxito, y por su ubicación era difícil que la Armada Inglesa la detectara o se hacían pendejos, violando la prohibición de la Trata de Esclavos, que desde 1807 había decretado el Gobierno Británico.

Miles de Esclavos salieron del Reino de Lomboko, en la ruta del Atlántico, también miles murieron en ese reino de la locura y crueldad (aunque el récord lo tiene el Rey Lepoldo de Bélgica: 10 millones de negros asesinados en el Congo, para extraer el Caucho y Marfil). Un ejemplo de la crueldad: cuando de casualidad un barco de la Armada Británica, avistaba un barco negrero, el procedimiento era enganchar los grilletes de los esclavos a la cadena del Ancla y arrojarlos al mar, ya que el castigo para los traficantes era la horca.

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VEINTICUATRO DICIEMBRE